Vivieron a mediados del Eoceno hasta mediados del Oligoceno, hace aproximadamente entre 36 a 30 millones de años. Según los restos encontrados habitaban en Egipto y Mongolia. Su nombre significa "animal de Arsinoe", que es el nombre de una reina egipcia que tenía un palacio cerca de donde se localizaron los primeros restos fósiles de estos animales. De una longitud de 3 m y una altura de 1,50 tenían la cabeza muy grande y armada de cuatro cuernos óseos, revestidos de un estuche córneo, dos frontales pequeños, colocados sobre las órbitas, y dos nasales, enormes, unidos en la base, algo divergentes y considerablemente inclinados hacia delante, que cubrían la zona que se extiende desde las fosas nasales hasta la mitad del cráneo.
La dentadura es bastante singular, porque en cada semimaxilar se desarrollaba según una serie continua de elementos de igual altura; el cerebro estaba notablemente desarrollado. Sus "cuernos" en realidad eran huecos y, por los rastros de vasos sanguíneos que aparecen sobre su superficie, estaban recubiertos de piel.
Había dos proyecciones más pequeñas, de forma abultada, más cerca de la parte superior de la cabeza, que debían de ser similares a los oxiconos recubiertos de piel de las jirafas. Con su dentadura completa, es evidente que Arsinoitherium era herbívoro y es probable que ramoneara en los bosques próximos a las orillas de los ríos. Sin embargo las altas coronas transversales de sus muelas indican que tal vez estuvieran también en condiciones de masticar vegetación resistente.