El Diplodocus tiene unos dientes algo peculiares, ya que solo se encuentran en la zona anterior de la boca, eran finos y delgados, y estaban dispuestos en forma de peine. Esta importante característica ha generado mucha confusión entre los científicos y ha dado lugar a varias teorías. Algunos creían que los dientes servían para arrancar la corteza de los árboles, otros pensaban que eran para separar de la comida los mejillones de charcas y las malas hierbas. Hoy día, la teoría más seguida es la de que usaba sus dientes para arrancar hojas y frutas de los árboles.
En cuanto a su defensa ante los depredadores, el Diplodocus estaba “armado” con una cola extraordinariamente larga y fuerte, lo que quiere decir que la podía utilizar como un látigo para defenderse de los grandes terópodos de su época que osaran enfrentarse a este bicho.
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